jueves, 21 de diciembre de 2017

LLEGÓ LA NAVIDAD.....

RECOMENDACIONES PARA PADRES.-

Las notas de final de trimestre siempre hacen sufrir a la familia. Luego, en los mejores casos, las buenas calificaciones son motivo de alegrías. En los peores, los suspensos, además de desatar conflictos y disgustos, ponen patas arriba todos los planes de las vacaciones. Pero ni hay que hacer un drama, ni pasarlo por alto.
 En vacaciones, hay tiempo para todo: se puede estudiar, aprender y preparar los exámenes de recuperación de trimestre, y también disfrutar y divertirse sin agobios ni presiones. «El día es muy largo y el niño tiene que convivir, compartir con sus amigos, con su familia... Es necesario para su inteligencia emocional»,
«No hay que dramatizar los suspensos» Afrontar los reveses académicos de los hijos siempre cuesta, y más a ellos, pero «nunca hay que dejar que se conviertan en una penitencia para la familia», ni tampoco que sean motivos de riñas y castigos. Ya es suficiente penitencia para el alumno estudiar durante las vacaciones escolares para recuperar al volver  y sobreponerse al disgusto que supone el hecho de suspender. Los estudiantes deben comprender que necesitan hacer un esfuerzo extra, pero no van a estar solos, ya que los padres les acompañarán en el proceso».
Mi consejo: que siempre antes de ponerse a la tarea se «dejen unos días de descanso escolar», nada más terminar las clases, y después se organice el trabajo de vacaciones. padres e hijos lo primero que deben hacer es analizar con el profesor el motivo del suspenso. Hay miles: desde problemas familiares, una enfermedad, o un cambio de centro,  al desinterés por una asignatura, la ausencia de hábitos y técnicas de estudio o de voluntad o de motivación... Y siempre se escucharán excusas del tipo «el profe me tiene manía».

Dos o tres horas al día.-
Una vez identificado cuál es el origen de las malas notas, entre todos se traza una hoja de ruta para estudiar. «Hay que ser flexibles, pero el niño tiene que saber que debe cumplir un horario de estudio diario, por ejemplo repasar por la mañana y descansar por la tarde», en esto, cada familia tiene su librillo. Padres e hijos  deben marcar unos contenidos de estudio por semana y comprobar si se van cumpliendo. Un esfuerzo de dos o tres horas diarias es suficiente para aprobar, siempre que se establezca un horario acordado con el alumno». Precisamente, pactar con el estudiante la hoja de ruta es uno de los requerimientos que ninguna familia se puede saltar. «El plan de trabajo se diseña con el estudiante. Incluso conviene redactarlo y firmarlo. 

Debe dejar tiempo para todo: estudio, diversión en familia, con amigos, aficiones...», también establecer y acordar qué ocurrirá si el plan no se lleva a cabo. «Si se incumple se retiran privilegios. Si se cumple se respetan».

Mensajes de ánimo
Las cosas resultan más fáciles si todo ese esfuerzo va acompañado de mensajes positivos. «Los padres tienen que valorar los pequeños progresos de su hijo y no el resultado final. El niño debe sentir que valoran su esfuerzo, ayudándole y destacando lo que hace bien y no repitiendo lo que hace mal».
Primero de ESO suele ser el año que sehace más cuesta arriba Es en Secundaria donde el fracaso en los estudios se hace más evidente. El paso de Primaria a Secundaria es un reto para el alumno porque tiene que adaptarse a una exigencia mayor y se le pide también mayor rendimiento. Las materias tienen gran carga de contenido». Muchas veces se cambia de centro, de compañeros de clase, de tutores... Por si fuera poco, a eso hay que añadir los vaivenes de la adolescencia. Por todo ello, es muy frecuente que alguna o algunas asignaturas queden colgando.
La familia también tiene que valorar la necesidad de una clases de refuerzo.

También los aprobados
El estudio no es solo para los que han suspendido, también los que aprueban y obtienen buenas calificaciones deben continuar trabajando, pero sin ninguna presión. Los alumn@s no pueden estar sin hacer nada, ya que el hábito de estudio y trabajo diario lo pierde, así como olvidan algunos conceptos trabajados durante el trimestre. La lectura «de lo que quieran» es lo más recomendable,
Los expertos recuerdan un apunte final: si bien el suspenso no se castiga, el aprobado o las buenas notas sí se premian, pero con mesura: se recompensa y valora el esfuerzo, se elogia el trabajo realizado, que a la vez es un deber, pero los buenos resultados no se compran.

                                         

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